¿A dónde dices que se han llevado los Hobbits?
Sube el volumen de tus tambores, despeja tus orejas picudas y... SAVE THE MUSIC!
(O Save The Hobbits, because theyre taking to Isengard)
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:-P
Cuando uno es un chaval propenso a leer comics nada hay que le gustase más que tener un mote. Uno que mole e impresione a las chicas de tu clase. Los pilotos de TopGun, por ejemplo, tenían todos motes geniales “Maverick”; “Viper”; “IceMan”;... Si en clase te llaman “IceMan” no puedes ser un pringado jamás. Aunque la tabla de multiplicar sea para ti un enigma tan indescifrable como la piedra Roseta puesta del revés... da igual, sólo tienes que caminar y sonreír. Eres: IceMan.
Por desgracia los motes no los eliges tú. Los eligen los cabrones que tienes al lado y que se devanan los sesos cada día para hacer un juego de palabras imposible con tus apellidos. Recuero que a un amigo mío un tío llegó a llamarle “Barra de pan”. Él dijo ¿Barra de pan?” y el imbécil en cuestión (Ese es el mote que le pongo yo) expuso su razonamiento: “Te apellidas Molinero ¿no? Pues el molinero hace harina y de la harina... ¡la barra de pan!”. Hay un trabajo detrás de ese mote, hay que reconocerlo. Aunque... aquello ya fue en el instituto. ¡Uff! Da miedo pensarlo.
Pero por lo general las cosas eran más evidentes. Cuando yo iba al cole, allá por segundo de EGB ya era un poco más alto que el resto. Tampoco demasiado, pero suficiente para que me llamasen ¡¡Tachenko!! Por fortuna para mi había una chica que era más alta aún que yo (Mucho más) y ella era la Tachenka. Se llamaba Elena y la mando un saludo por si, por alguna de estas cosas místicas, fuera a caer en este blog. Sin duda por eso me hace tanta gracia este video que me enseñó Carlos de Pando:
http://www.youtube.com/watch?v=iqRBtDf_m9U&search=tachenko
¡Buenísimo! Porque yo (Como cualquiera hacía con su mote) fingia que no me importaba lo de Tachenko, a fin de cuentas todos queríamos crecer, pero a partir de cierto punto... ¡Ufff!
Luego con el paso del tiempo he visto que los motes son una cosa generacional. Es decir, hablando con amigos siempre me comentan de un profesor al que llamaban “Don Pin Pon” ¡Eh! ¡Yo tenía un profesor al que también llamábamos así! Y lo mismo con "la Bruja Averia". Y en el caso de los alumnos los más usados eran Gory para el gordo atolondrado de la clase“Quizá por la serie Los Fraggel”; El “Calculín” para el empollón o "Gayofa" para el feo. La tele ha hecho tanto daño...
Aunque a mi durante años en el barrio me llamaron “Spiderman” Yo tenía unos siete años y ningún miedo a las arañas, jugaba con una (Quien sabe donde andará ahora) que subía y bajaba por la pared de mi portal cuando un vecino zampabollos me dijo “¡Eh, que te va a picar!” y yo le contesté “Bueno. A ver si así me convierto en Spiderman” Juro que por aquel entonces yo ya estaba prácticamente convencido de que eso era imposible, pero mi vecino pensó que lo decía en serio y de cuando en cuando me encontraba con gente que, aún muchos años después, me decían “Eh, tú eres el Spiderman”
Así que, si te puedes cansar de que te llamen como tu Super Héroe favorito... Quizá con el tiempo deje de molar incluso lo de IceMan. ¿Quién sabe?
P.D: Memorable aquella secuencia de los Simpsons en la que un Marge embarazada le dice a Homer: “He pensado que nuestro hijo se llame John”; “¿Estás loca? En el colegio le dirán John: mamón!”; “Mmm... Pancracio”; “¡Tócame el topacio!” Y así algunos más hasta que, por descarte, dice “¡Bart!” Homer lo piensa (Pedo en inglés es Fart) y dice “no, no hay nada que rime”.
El primero que leí: El Pirata Garrapata
El último que leí: Harry Potter y el Príncipe Mestizo.
El que me leo ahora: El Palacio De La Luna
El favorito: El Señor De Los Anillos
El que siempre regalo: Los Pilares De La Tierra
El peor: Cruzada En Jeans
El que devoré: El Padrino (2 días)
El que me aficionó: El Hobbit
El que perdí y quisiera recuperar: El Bandido Saltodemata
El que más miedo me ha dado: Drácula
El primero que compré: Los Mifenses
El que siempre quiero leer y no puedo: El Perfume
El más Friki: El Hechicero De La Montaña De Fuego (Librojuego)
No sé... no se me ocurren más categorías así a bote pronto.
¿Y los vuestros?
Aún me acuerdo perfectamente (y es raro porque yo me olvido de hasta... ¡Bueno! De mucha cosas) estábamos en el cine la compañía de Frikis que nos juntábamos para ver las nuevas entregas de Star Wars. Empezaban a verse las primeras imágenes del Episodio III. ¡Habíamos esperado años! Y descubrimos que... ¡estaban fuera de foco! Entonces Armando, que estaba sentado a mi lado, empezó a gritar como no le he visto hacerlo en mi vida: “¡¡Focoooo!! ¡¡Focoooo!!” No era para menos, que te chafen la peli poniendo el principio desenfocado es una putada. Y entonces el siguiente grito de Armando fue: “¡Foco, joder! ¡¡Que si no, no puedo subirla al Emule!!” Todo el cine rió y la peli se enfocó.
Evidentemente poco después salió la peli en Emule (Eh, pero no fue Armando) Y lo que me pregunto ahora es... ¿Está bien bajarse películas de Emule? Cualquiera podría decir: “No, bien no está, pero lo hago” Pero es que yo cuestiono realmente el que no esté bien. Es decir, como guionista me supone un dilema porque yo escribo, me esfuerzo y merezco cobrar mis derechos de autor. Como soy consciente de ello debería decir “Sí, está mal” pero es que también soy consciente de que el precio que piden las salas es tremendamente abusivo. Los productores y “estrellas” se llevan dinero por una peli que, en el caso de los americanos, servirían para solucionar muchas vidas de una persona “normal”. Hasta ahora el público ha tenido siempre una posición de desventaja total en la negociación por el precio de las entradas, y quizá ahora ha llegado el momento en que las grandes producciones y las salas deban entender que hay que negociar. ¿Casi 7 euros por ver una película? Ufff...
Desgraciadamente la realidad es que aquellos que están en lo alto nunca se rebajarán el sueldo. Eso lo pagaremos los que estamos abajo, pero entonces hacer películas irá dejando de ser rentable para un guionista y... Preparaos para ver (Aún más) remakes de todos los clásicos habidos y por haber.
No sé, no sé...
“Cuidao con este... que juega al rol” La de veces que he oído esa frase. El Rol es posiblemente la actividad de ocio más injustamente tratada del mundo. Crear historias entre amigos y pasar una tarde entera disfrutando de la capacidad de imaginar y representar una historia no sólo no debería verse como algo tabú o vergonzoso, es que... ¡es genial! Y os animo a todos a que lo probéis. Si nunca habéis andado despacio por el pasillo de vuestra casa imaginando entrar en alguna cueva oscura y anegada en la que sabe Dios quien “o qué” habitará... os perdéis algo muy chulo.
UN PINGÜINO EN EL ASCENSOR
¡El Pingüino mola cantidad! Canciones como “El balneario”; “El Poderoso Influjo De La Luna”; “Arzobispo Makarios” y, especialmente “El Sangriento Final de Bobby Johnson” tenían un ritmo y un algo que aún hoy en día siguen molando. Es cierto que no he escuchado toda su discografía pero ahora mismo no se me ocurre ni una sola canción de El Pingüino que sea mala. ¿Porqué no saca otro disco?
¡Me flipó! Vale, aquí reconozco sentir un poco más de vergüenza porque es de llorar y eso pero... ¡Peliculón! A partir de que ella le repite a él eso de “Si tu saltas yo salto”... a mi se me caen lágrimas como puños hasta el final! (Ufff, esto va a ser un suicidio) Para mi la peli sólo tiene un fallo y es que, efectivamente: ¡joder, cabían los dos en esa puta puerta!!
Esas son algunas de las cosas que se me ocurren así a bote pronto en cuanto a lo que ocio, música y cine se refiere. A parte hay otras como: Las Tortugas Ninja; La música popular Rusa; Franco Battiato; MC Hammer o sorber el Ketchup directamente de los sobrecitos de las hamburgueserías o comer cinco galletas mojadas en agua.
Cosas más raras se han visto.
Un besote a todos.