Sólo sé que sigo sin saber nada

martes, noviembre 24, 2009

Pinta que te pinta

Tenía un boceto de dibujo paralizado desde hacía meses.
De pronto me he puesto y, entre ayer y hoy... acabado.


viernes, noviembre 20, 2009

Renovarse o morir

Una de las cosas que más me gustaron de las crónicas vampíricas de Anne Rice es el personaje de Armand. En la peli estaba interpretado por Antonio Banderas, pero en el libro Armand era –a nuestros ojos humanos- apenas un niño.

Lo que me gustó del personaje es que, para cuando Armand conoce a Lestat, el primero ya es un vampiro viejo incluso para los varemos de los no-muertos. ¿Cuál era el secreto de Armand para vivir tanto? Muchos diréis: “¡Vivió la tana porque era un vampiro, ya ves tú el misterio!” Pero… ah, amigos! la supervivencia no es fácil para nadie. El principal motivo de mortandad entre los vampiros centenarios es que según Armand –y por tanto según Anne Rice- el suicidio. Los vampiros acaban suicidándose porque es difícil para alguien, por muy vampiro que sea, comprender el tiempo en el que vive. Por muchos años que vivamos nuestra personalidad es fruto de una educación irrepetible, fruto de un momento concreto en la historia. Nuestra capacidad para re-educarnos es limitada y, cuando se vive tanto como un vampiro, es difícil sobrellevar que lo que antes era aberrante, sorprendente o incluso pecaminoso ahora es… cotidiano.

Armand sobrevive buscando a un pupilo joven, alguien que pertenezca a ese nuevo tiempo y que le enseñe con qué ojos ver lo que le rodea.

Creo que es algo de lo que todos debemos aprender.

Algo parecido me ha pasado cuando he visto el nuevo tráiler de Furia de Titanes. Un remake de la película clásica que, como es lógico, se pone al día con nuevos efectos especiales y, evidentemente, nuevo estilo. ¡Cómo ha cambiado la Grecia clásica en los últimos años! Ver a Perseo con la cabeza rapada cual marine Americano, y luchando en medio de una edición videoclipera que no está montada sobre la esperable –y efectiva- música épica de toda la vida. En lugar de coros y tambores hay guitarras y sintetizadores. Funciona bien pero… jo.

La primera vez que me pasó fue viendo Resident Evil. Una película que me sorprendió porque estaba mejor de lo que esperaba y porque en las secuencias de acción ya usaba una música que era un poco demasiado moderna para mi. (Hey, y eso que yo escucho a los Blind Guardian!) El tiempo nos trajo esa mezcla entre Los Vigilantes De La Playa y Gladiator (llamada 300) y luego el mismo director repitió (aún mejor, porque 300 también me pareció entretenida) con Watchmen y su tráiler con música de Muse.

No digo que abandonemos lo que hemos aprendido. Pero, como creativos, sigamos actualizándonos siempre. Aunque ver a un griego con el pelo cortado al rape nos revuelva las tripas. O acabaremos envejeciendo y enloqueciendo como viejos vampiros.

(Al menos los vampiros buenos, los vampiros tipo Mariah Carey de “Crepusculo” no cuentan)

jueves, noviembre 19, 2009

Por un pelo

Debería escribir más. No por nadie, ni siquiera por vosotros. Debería escribir por mí mismo. Por este nuevo tipo de diario (mensual) que me gusta llevar, y porque en ocasiones se me ocurren cosas interesantes que me hacen pensar “mira, eso es algo importante, algo que merece la pena compartir y discutir con el resto del mundo” Pero esas grandes ideas nunca llegan hasta aquí. La mayoría las olvido. Las otras… no, pero paso.

Al final lo que queda son trivialidades, como la de sentirme Dios al ver un pelo enquistado. Y es que todos los pelos, en el brazo la barba o la pierna, están perfectamente alineados, erguidos y conviviendo en paz. Pero, de cuando en cuando, aparece un rebelde que dice “Basta de crecer para arriba. ¡Crezcamos hacia abajo!” Yo acerco mis gigantescos dedos y le selecciono de entre sus hermanos, los pelos son entonces un pueblo, gentecilla cuyo afecto al rebelde es medido por su proximidad. No puede esconderse. Soy consciente de cada una de las infinitas arrugas que hay en las yemas de mis dedos. Me hago con él y tiro hasta arrancarlo. A veces duele más, a veces duele menos, pero siempre mola. No sé qué extraño mecanismo hace que todas las cosas que abandonan nuestro cuerpo nos proporcionen un cierto placer. Ese pelo único es de pronto insignificante, un diminuto hilillo de pus. Algo me hace sentir respeto por ese loco que quiso ir contracorriente. Pero luego lo soplo y me he olvidado de él antes de que toque tierra.

Sirva este post como homenaje.

La pregunta es… ¿Soy el único al que le pasa? La imagen es tan clara que me extrañaría.

viernes, noviembre 06, 2009

Resumiendo la espera

Pues sí, he dejado el blog por una temporada. ¿Los motivos? Pues el trabajo o, mejor dicho, la ausencia de trabajo.

Mi último proyecto me ha dejado en la única situación laboral jodida. ¡La peor! No es el paro, es la es-pera. Una situación en la que ni tienes curro, porque aquel que estabas desarrollando está a expensas de los directivos de la cadena, y tampoco puedes coger otro trabajo porque, si de pronto te llaman a filas, te ves en una situación bastante comprometida. Vamos, que sin cobrar y sin poder buscar trabajo. Yupi.

Hay quien diría que estar en el paro “puro y duro” es aún peor, que en la espera al menos tienes una cierta esperanza. Imagino que la fe en esa esperanza es la que inclina la balanza. Yo de momento espero con ilusión y hago mi apuesta. Veremos en qué queda.

Mientras tanto tampoco es que haya estado de vacaciones. Me he puesto con mis proyectos y la verdad es que es un no parar. Chico, estar en el paro (o en es-pera) y saber que en unos meses somos uno más a alimentar… (A alimentar, a acunar, a llevar en carrito, en coche, vestir, guardería, colegio, viaje fin de curso...) no veas lo que motiva. Dicen que los bebés vienen con un pan bajo el brazo, pero es que yo creo que a los padres –al ver lo que se les viene encima- les da por ponerse a amasar como locos. Y se amasa con la agridulce harina del pánico. ¡Pero cómo se amasa!

Tanto es así que incluso me he quitado del Warcraft. Dios mío. ¡¿A dónde hemos llegado?! Tras años de hacer crecer al pequeño Tatsel ahora voy y lo abandono. Temporalmente, eso sí. El año que viene sale una expansión y prometo que mi brujo no-muerto siempre estará al nivel máximo alcanzable. También he dejado el Facebook –que me parece un vampiro que chupa mucho y da poco- y, como he dicho, el blog. Espero retomar este último a mi ritmo, como he hecho siempre. En cuanto al portal social… no lo critico, pero también digo que desde que lo he eliminado de mis favoritos siento una cierta liberación. Supongo que es que no tengo medida y, como hago con muchas cosas, me paso.

Mientras, intercalo las jornadas de trabajo con pasear a las perras y jugar alguna partida a la demo del “Everybody´s Golf” un juego bastante divertido pero que no me compro porque cuesta 69€. ¡¡69€!! ¡¡Niños ricos del mundo, dejad de comprar juegos por ese precio!! Por culpa vuestra no los ponen a 30-40 euros que sería un precio más que beneficioso para los distribuidores. Cabe la posibilidad de que yo sea un tacaño, pero es que creo que hay muy pocos juegos que merezcan esa pasta. Coño, que son 11.500 ptas! (Sí, reclamo mi derecho a escandalizarme por el precio de los videojuegos del mismo modo que el resto del país se escandaliza por lo que han subido las gambas en navidad) ¿Me voy a comprar un juego por 11.500 ptas? ¡Que estoy en espera, joder! ¡Y sin paro!

Me voy a jugar a la demo.