Sólo sé que sigo sin saber nada

martes, diciembre 29, 2009

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Sylvia dijo "No hay huevos"
Bea "¡Venga!"
Yo "¿Pero lo decís de verdad?"

Y así empezó un trabajo titánico que ha desembocado en el corto más ambicioso de la historia del cine:

La insoportable levedad del ser tomate

miércoles, diciembre 16, 2009

Finanzas

La cosa está complicada.

El trabajo sigue escaseando y he decidido que ni siquiera voy a buscar otra cosa porque, como siempre, el proyecto en el que estoy embarcado “está a punto de salir”. Si a mediados de enero no ha sido así… ya no podré esperar más.

Y es que, a lo tonto, son varias las cosas que tengo que pagar y más aún las que tendré que pagar dentro de poco. ¡Cada euro cuenta! Y de todos los gastos el que más me mortifica es el de un crédito que pedí hace años para poder pagar la reforma de Leganés. No la de la ciudad, la de mi pequeño piso que, maldita sea, ahora no consigo alquilar. Me molesta ese crédito porque, además del perjuicio evidente, es un dinero que siento que sigo pagando al cabronazo estafador que hizo la obra.

El caso es que el otro día acudí al banco con el que tengo el crédito para preguntar cuánto tiempo me queda para cubrir ese préstamo. Sabía que debía pagar hasta finales del 2010, pero quería saber –exactamente- el día. El cajero me dice entonces que el pago mensual ha finalizado el mes pasado, es más, tengo ahí 500 euros. ¿Ya no tengo que pagar más? ¿Cómo es posible? De pronto me acuerdo de que –en otra vida- recibí un dinero extra, y decidí usarlo en tapar todo lo posible ese agujero. Lo hice y lo olvidé. Por suerte el banco sí lo recuerda y ahí está el precipitado final de mi deuda.

Salgo de la sucursal flotando. De pronto ya soy dueño de mi reforma (Aunque no lo sea del piso) y se acabó esa horrible mensualidad. Pero lo que más me gusta es la sensación de que mi yo pasado ha venido al presente para echarme un cable.

Cuando más falta me hacía... vengo yo y me salvo.

viernes, diciembre 04, 2009

Pinta que te pinta

Una idea bastante antigua que por fin toma forma.
Un cuadro para verse en grande. Me gusta como queda el lápiz ampliado.



Está claro que me gusta meter chorretones de color.

Ella. Siempre ella.

¿Qué tienen en común estas series?












Algunos diréis que son series sobre familias, pero True Blood y House no cumplen ese requisito. Está claro que no todas son de imagen real y ni siquiera son todas extranjeras. Y todas son comedias menos True Blood y House (Aunque en ocasiones lo parezcan) de modo que eso tampoco es.

Todas estas series comparten dos cosas:

• Que el protagonista masculino es alguien que ya sea por idiotez, genialidad o poder, toma decisiones poco habituales.
• Que la protagonista femenina es la lógica, la tolerante y socialmente aceptada que intenta -una vez tras otra- corregir al alocado protagonista.

Este no es un post reclamando que los protagonistas masculinos sean más dignos. Es un post reclamando que las protagonistas femeninas dejen de estar tan soporíferamente justificadas.

Por hablar del caso que me toca más de cerca: Casi Perfectos. En esta serie el personaje de Elena (Muy bien interpretado por Yolanda Arestegui) era el contrapunto de su marido (Emilio Aragón) Trabajadora, creativa, volcada en la educación de sus hijos, generosa… pocas veces cometía errores y, si los cometía siempre estaban sobradamente justificados por una buena intención. Como guionistas teníamos unos problemas enormes porque sentíamos que, con un personaje así, todos los capítulos derivaban a una inevitable secuencia de Elena diciendo “Andrés… ¿te has vuelto loco? Bla bla bla bla”

Incluso cada vez que hago zapping y veo la “transgresora” Padre de familia puedo ver a la mujer diciendo “Peter… ¿te has vuelto loco?” Sólo hay que cambiar el nombre por Homer, Herman, Diego, House… y valdría para cualquier otro personaje. En el caso de House por partida doble, porque tanto Cuddy como Cameron tienen una moralina recalcitrante. (Aunque en este caso, en honor a la verdad, está el personaje más insoportablemente moral de la historia de la ficción: Wilson. Lo cual le convierte, efectivamente, en el más predecible y aburrido)

La gota que ha colmado el vaso es que he empezado a ver Modern Family, una serie que funciona como un tiro y cuyo único problema a mi juicio es el de que en esa serie también está ELLA (Pues es un mismo personaje) En la biblia de la serie seguramente la descripción de su personaje es “Lo de siempre” Una mujer que además de ser guapa e ingeniosa aparece en todas las secuencias metiendo ropa en un cesto, o doblando una sábana, o haciendo galletas en el horno, o recogiendo los juguetes de los niños… Y desde el minuto uno ya sabes lo que este personaje te va a dar “Bla, bla, bla”

¿Cuál es el miedo? ¿Cuál es el motivo de que las protagonistas de una serie no puedan ser egoístas, zafias, vagas, incultas e incluso imbéciles?

En este sentido una de esas situaciones que, para mi, dejan el tema bien claro se vivió en una serie de Globomedia llamada “Fuera de Control”. Alguien que trabajaba ahí me comentó que habían llegado a Globo un buen número de protestas porque Rocío Madrid interpretaba a una secretaria que no tenía problemas en usar el sexo para ascender profesionalmente. No era ni siquiera protagonista, era la secundaria en una comedia y hubo cientos de mails que decían que un personaje así era un paso atrás en la lucha laboral de la mujer, un estereotipo falso que denigraba a la mujer y por el que la cadena debería pedir disculpas públicas.

Luego ya podemos ver a Peter Griffin traumatizado por el tamaño de su pito; al padre de Modern Family que deja que sea su mujer la que lleve toda la responsabilidad en la educación de los niños; al vampiro de True Blood matando gente por una provocación mínima; a Homer llorando desconsolado porque cree que Bart es gay; a House jugándose la salud de sus pacientes a cara o cruz; a un Herman Munster incapaz de sumar dos más dos; un severo Archie Bunker que le dice a su mujer que no abra la puerta a ningún negro o a un Diego Serrano que, viendo un concurso de televisión, grita convencido que América fue descubierta por “Magallines”

Imaginar a una mujer de ficción haciendo alguna de estas cosas es impensable.
Mientras... vemos a todos tíos haciendo semejantes burradas nos reímos.
¡Como debe ser!

Por suerte aún podemos recordar algún personaje como Rossane, Peg (de Matrimonio con hijos) o Loise (Malcolm In The Middle). Es cierto que en ningún caso son ellas "las malas" o "las torpes" de la familia. Son como tienen que ser para poder sobrevivir en medio de una familia que -como poco- es tan disfuncional como ellas. Pero al menos estos ejemplos suponen pequeños focos de luz en un panorama cómico... aburridísimo.