Sólo sé que sigo sin saber nada

lunes, enero 11, 2010

Imbécil y mentiroso

Pues sí, amigos. Una vez más… he aquí un completo relato de mis miserias.

Sin querer entrar en demasiados detalles, sólo quiero comentaros que voy a tener el privilegio de convertirme en motivo de habladurías para muchos de vosotros que os referiréis a mi con “Un amigo mío alquiló el piso a unos tíos y estos dejaron de pagarle desde el primer mes. No le cogen el teléfono y no están en casa cuando él va a exigirles el dinero” Ese es un universo en el que no me apetecía nada entrar. Pero la vida te obliga a hacer apuestas y algunas se pierden. Esta me va a salir cara en todos los sentidos.

Dejaré la narración de los hecho aquí porque es un tema que –especialmente estando en el paro y con un bebé de camino- me deprime y me pone de más mala leche de la que puedo compaginar con una escritura coherente. Basta con decir que es un cabreo tan grande que me hace alegrarme (una vez más) de que dios no me haya bendecido con poderes Jedi porque ahora mismo, sin duda alguna, sería consumido a una velocidad pasmosa al lado oscuro de la fuerza.

Aunque quizá sí tengo algún poder mental y es que, en contra de la creencia popular, en esta situación he descubierto que esa frase de “Puedes mentir a todo el mundo, pero no puedes mentirte a ti mismo” es una falacia. Claro que puedo mentirme a mi mismo. Es más… ¡Debo!

Son muchas las ocasiones en las que me he mentido a mi mismo hasta la médula. La primera mentira que recuerdo que me conté fue “En cuanto acabe Barrio Sésamo me pongo a hacer los deberes”. Desde entonces ha sido un no parar de engañarme. “Quizá algún día sufra un tremendo accidente de coche y mi vida, o la de otras personas, dependa de mis reflejos. Por lo tanto… no entrenar mis reflejos jugando una hora más a este videojuego sería algo extremadamente irresponsable”; “Yo jamás tomaría la virtud de esta fermosa muchacha sabiendo –como sé- que después de esta noche no quiero volver a verla pero… ¿y si algún día tengo que escribir sobre un personaje que sea un sátrapa? Tendré que ver como es ese mundo” Mentiras, mentiras, mentiras. Y, de algún modo, funcionan. Todo el mundo miente y los guionistas… ¡Más! No tanto como los actores, eso es verdad. Pero somos asombrosamente desleales con nosotros mismos.

Hoy me hierve la sangre porque esos desgraciados se han metido en la casa que tanto esfuerzo me costó convertir en un hogar. La han mancillado y amenazan con una destrucción que tire años de esfuerzo por tierra. Entonces, cuando esto tan cabreado que no me lo creo, limpio mi mente un instante y combato la impotencia con una mentira improvisada. De pronto esa casa era propiedad de mi abuelo, el conde. Unos primos lejanos se han instalado en la mansión convencidos de que les pertenece por derecho pero, hoy mismo, el testamento demuestra ante la ley que la casa me pertenece a mi. Mi primo, despechado, se niega a marcharse del castillo, pero ya sabe que la ley está en su contra.

Imaginado de ese modo me calmo un poco, encuentro un consuelo inesperado y pienso “¡Ja! Ahora, que ha quedado claro que la propiedad me pertenece, mi primo tendrá que volver a su antiguo castillo. Allí no podrá eludir por más tiempo el beso de la peste, pues sé bien que esa es la enfermedad que ha convertido sus campos en un lugar maldito”

La situación es igual de jodida y, sin embargo, la victoria inventada sobre la lucha por la propiedad, o el imaginar que ambos somos personas nobles incluso en nuestra maldad (ja!) rebaja, mucho más que la promesa de venganza, la insondable tristeza que provoca el ver que hay personas que son, literalmente, parásitos.

De verdad: hay que mentirse.
¡Necesitamos mentiras! Mentiras como “Esto no me volverá a pasar”; “No volveré a confiar en nadie”; “El año que viene estudiaré más” o incluso: “No me volveré a enamorar nunca jamás de los jamases”. Sólo mintiéndonos un poco podemos vivir eludiendo una realidad que, a la hora de la verdad, es tan dañina como ficticia.

5 Comments:

  • Podemos reunirnos todos tus colegas guionistas y así, toda la peña, nos presentamos en tu casa de Leganés y los matamos... de risa. Déjalo, no es una buena idea.
    Piensa que has tenido suerte, ahora creo que te los desalojan en 3 meses. Hace un tiempo se tiraban un año viviendo gratis, los muy hijos de puta.
    Olvídate de razonar con ellos, no sirve de nada, directamente al juzgado. Para cuando nazca tu baby estos están en la puta calle.

    By Blogger txopsuey, at 6:09 p. m.  

  • Sorprendente giro argumental en la trama! Ya te contaré.

    Qué cosas.

    By Blogger El Autor, at 10:25 a. m.  

  • Me alegro de leer el sorprendente giro argumental en la trama, que espero que sea para bien.

    Y es que este país protege a los parados y a las familias, a costa de los ciudadanos, claro. Así, tengo entendido que a un parado no se le puede desalojar o si hay niños tampoco, pero claro, nadie le paga el alquiler al propietario, que como en tu caso, puede ser alguien que tiene que pagar la hipoteca.

    Así nunca bajarán los alquileres. Y es que en este país con la mentalidad de que los propietarios (que muchas veces ni lo son) son unos expeculadores malvados y los empresarios unos explotadores (aunque muchos lo sean), nunca avanzaremos.

    Suerte.

    By Blogger Armabot, at 2:13 p. m.  

  • La verdad es que la ley de protección de alquileres es una auténtica vergüenza. Eso explica que en el resto de Europa los alquileres supongan un 40% del mercado, mientras que en aquí son sólo el 10%. Yo desde luego me estoy pensando mucho el volver a alquilar después de lo que estoy pasando.

    By Blogger El Autor, at 10:05 a. m.  

  • Qué putada, acabo de leerlo, no tenía ni idea.

    Pero si no recuerdo mal hiciste lo del alquiler por medio de la Comunidad de Madrid, y tenía entendido que la propia Comunidad te protegía ante un caso así, respondiendo del alquiler y haciendo los trámites debidos.

    En todo caso, haz lo que dice Blázquez, denuncia cuanto antes y que los echen de allí.

    Pero, sobre todo, DISFRUTA DE TU BUEN MOMENTO COMO GUIONISTA Y PRÓXIMO PADRE.

    Un abrazo.

    By Blogger Álvaro López de Quintana, at 1:53 p. m.  

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