Casa de Arena y Niebla y Yeso y Papel Celo.
Tenía que pasar.
Todo, hasta lo aparentemente eterno, tiene un final.
Y ahora, como Son Goku cuando trepaba por la torre de Karin, como Frodo cuando ascendía con las uñas la empinada pendiente del Orodruin o como Drácula al darse cuenta de que en su último viaje había descuidado los usos horarios... Empiezo a atisbar el final de un viaje que creía inacabable. No he llegado aún. Pero en lo alto alguien grita: ¡Tierraaa!
Más concretamente, “Tierra, cemento, yeso y cables”
¡Las obras de mi casa se acaban!
Sí, es cierto, aún queda poner el suelo, la ventana de la cocina, los cristales que dan al patio, las puertas, el lavabo, pintar... ¡Pero ya queda poco! Así que... si quedando eso siento que ya queda poco, imaginad lo que ha habido que hacer antes!
Debería reservar este Post para cuando definitivamente estuviera todo acabado y pudiera decir: “Sí, ya han acabado, venid a verla” Pero quien sabe dónde estaremos entonces. No, mejor decir las cosas en vida y, si se pueden decir dos veces, pues se dicen. Que la tinta virtual es gratis.
BREVE HISTORIA DE MI CASA
“Vale, no soy bueno regateando. Así que... la compro”
“Ahí va. ¡El suelo!”
“Ahí va. ¡Las paredes!”
“Ahí va. ¡Los radiadores!”
“Ahí va. ¡La instalación eléctrica!”
“Ahí va. ¡Absolutamente todo!”
“¡Anda mira! Esto sí está bien. ¿Qué es? Una maceta”
"Me voy a acostar ya. -¡Pero si son las 20:30! -Ya, pero no tengo luz y se ha puesto el sol"
"Eh. Venid a rascar paredes y así quitamos el Gotelete"
“Chaval, el yeso está muerto, la obra que has hecho no ha servido de nada. ¡Chaval! ¡Chaval! ¿De qué se ríe este payaso?”
“Ja, payo, dame un crédito. Que es mejor que de pedir que no que de robaaar”
“Vale, hagan la obra. Destrúyanlo todo y vuelvan a construirlo”
“A long Time Ago In A Galaxy Far, Far Away...”
“Tic, tac, tic, tac...”
“Justo Gallego habría hecho dos Catedrales y un Disneyland en este tiempo”
“He cruzado océanos de tiempo para ver el baño alicatado”
“Yo... yo he visto naves en llamas más allá de Orión. Pero esta casa jamás se acabará”
“¡¿Cuánto me va a costar cambiar las ventanas?!”
“¿De verdad era necesario cambiar un cuadro de luz de dos meses de antigüedad? –Si, era necesario, pregunta a cualquier electricista”
“He preguntado, no era necesario, timador, estás despedido. Vete o te doy con mi bastón. ¡Me da igual que hayas crecido en esta casa, es mía!”
Vamos, que al lado de todo eso no hay ficción que valga. Me río yo de “Casa De Arena Y Niebla” ¡Lo mío sí que es un drama! Y la de “Esta Casa Es Una Ruina” ¡Un capítulo de Bricomania al lado de esto!
Pero hoy, tras haber recuperado el control de ese agujero negro de desgracia al que pretendo llamar hogar... de algún modo siento que el viaje está a punto de acabar. Y eso me hace estar de buen humor.
Un besote a todos.

Todo, hasta lo aparentemente eterno, tiene un final.
Y ahora, como Son Goku cuando trepaba por la torre de Karin, como Frodo cuando ascendía con las uñas la empinada pendiente del Orodruin o como Drácula al darse cuenta de que en su último viaje había descuidado los usos horarios... Empiezo a atisbar el final de un viaje que creía inacabable. No he llegado aún. Pero en lo alto alguien grita: ¡Tierraaa!
Más concretamente, “Tierra, cemento, yeso y cables”
¡Las obras de mi casa se acaban!
Sí, es cierto, aún queda poner el suelo, la ventana de la cocina, los cristales que dan al patio, las puertas, el lavabo, pintar... ¡Pero ya queda poco! Así que... si quedando eso siento que ya queda poco, imaginad lo que ha habido que hacer antes!
Debería reservar este Post para cuando definitivamente estuviera todo acabado y pudiera decir: “Sí, ya han acabado, venid a verla” Pero quien sabe dónde estaremos entonces. No, mejor decir las cosas en vida y, si se pueden decir dos veces, pues se dicen. Que la tinta virtual es gratis.
BREVE HISTORIA DE MI CASA
“Vale, no soy bueno regateando. Así que... la compro”
“Ahí va. ¡El suelo!”
“Ahí va. ¡Las paredes!”
“Ahí va. ¡Los radiadores!”
“Ahí va. ¡La instalación eléctrica!”
“Ahí va. ¡Absolutamente todo!”
“¡Anda mira! Esto sí está bien. ¿Qué es? Una maceta”
"Me voy a acostar ya. -¡Pero si son las 20:30! -Ya, pero no tengo luz y se ha puesto el sol"
"Eh. Venid a rascar paredes y así quitamos el Gotelete"
“Chaval, el yeso está muerto, la obra que has hecho no ha servido de nada. ¡Chaval! ¡Chaval! ¿De qué se ríe este payaso?”
“Ja, payo, dame un crédito. Que es mejor que de pedir que no que de robaaar”
“Vale, hagan la obra. Destrúyanlo todo y vuelvan a construirlo”
“A long Time Ago In A Galaxy Far, Far Away...”
“Tic, tac, tic, tac...”
“Justo Gallego habría hecho dos Catedrales y un Disneyland en este tiempo”
“He cruzado océanos de tiempo para ver el baño alicatado”
“Yo... yo he visto naves en llamas más allá de Orión. Pero esta casa jamás se acabará”
“¡¿Cuánto me va a costar cambiar las ventanas?!”
“¿De verdad era necesario cambiar un cuadro de luz de dos meses de antigüedad? –Si, era necesario, pregunta a cualquier electricista”
“He preguntado, no era necesario, timador, estás despedido. Vete o te doy con mi bastón. ¡Me da igual que hayas crecido en esta casa, es mía!”
Vamos, que al lado de todo eso no hay ficción que valga. Me río yo de “Casa De Arena Y Niebla” ¡Lo mío sí que es un drama! Y la de “Esta Casa Es Una Ruina” ¡Un capítulo de Bricomania al lado de esto!
Pero hoy, tras haber recuperado el control de ese agujero negro de desgracia al que pretendo llamar hogar... de algún modo siento que el viaje está a punto de acabar. Y eso me hace estar de buen humor.
Un besote a todos.

8 Comments:
Tu madre y tu hermana te mandan mucha fuerza para afrontar estos ultimos dias de obra...no sufras, hay una ley que dice algo así como: "Todo lo que empieza debe acabar..."aunque siempre hay alguna ¿¿¿¿excepción que confirma la regla???? pero no te preocupes que seguro que este no es el caso y celebraremos juntos muchas comidas, cenas, cumpleaños, santos, fiestas sorpresa, navidades y demás reuniones en tu casa.
¿A que ya no tienes tantas ganas de que acabe la obra? Je, je, besitos
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Cuadritos de colores, at 2:32 p. m.
Esperamos impacientes la fiesta de inauguración, que es para lo que sirve una vivienda.
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Anónimo, at 9:07 p. m.
Amigo mío: Yo he pasado por ello XDD
Y sobreviví. Y luego tuve que afrontar una rutpura de pareja y... bueno, pero ésa es otra historia.
¡Mucha suerte! Cuando acabas, es una gozada.
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Cassandra, at 1:15 a. m.
Cris, gracias por tus ánimos. Pero no me parecería justo que, siendo tradición celebrar todas esas cosas en tu casa, ahora quisiera yo llevarme ese trab... ¡Honor! No, no gracias.
Arma, lo de que estás esperando para la fiesta de inauguración... eh, sí... bueno... supongo que... podríamos hacer otra. :-P
Gracias Cassandra, espero que tengas razón y llegue por fin el día en que me pueda dejar caer en el sofá y pensar que todo ha merecido la pena. Ya va por más de un año de obras y ayer mismo he descubierto que el fontanero (Al que despedí) se ha pirado sin hacerme el dictamen de la caldera. En fin... una muesca más para mi revolver.
:-S
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El Autor, at 10:03 a. m.
Aaaah el apasionante mundo de las obras...
No se por qué digo eso porque yo nunca he tenido que hacer ninguna, pero sí viví de cerca las de la tienda de mi hermana. En ese caso eran argentinos. Grandes personas de rápida capacidad de trabajo y gran actitud de auto-crítica...
Yo con los obreros siempre he tenido la misma sensación que con los mecánicos. La de ser gilipollas.
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Galahan, at 10:49 a. m.
Me pondré frívolo. Ahí va un chiste. Un hombre, médico, neurocirujano de éxito, adinerado, se encuentra con una inundación en su chalet. Llama al fontanero de urgencia. Al rato, aparece un hombre supertrajeado en un Ferrari Testarrossa. El hombre sale del coche con un maletín y llama a la puerta. El médico le pone al corriente. El fontanero (el del Testarrossa es el fontanero) entra en la casa y sube a la primera planta. Al cabo de cinco minutos, baja y le dice al cliente: ya está. ¿Qué era? pregunta el médico. "Se habían dejado un grifo abierto; lo he cerrado y he quitado el tapón". El médico le pregunta cuánto es, y el otro le dice 500 euros. "¿Cómo? ¿Quinientos euros por cinco minutos? ¡Eso no lo cobró ni yo, que soy neurocirujano!". Dice el fontanero: "me lo va a decir a mí, que antes de fontanero era neurocirujano".
Pues eso: los creyentes y los ateos se diferencian en que los primeros piensan que están en manos de Dios, y los segundos no. Sin embargo, todos coinciden en estar en manos de los fontaneros.
Por cierto, nada de esto ha sucedido realmente.
¡Ánimo, y suerte, Dani!
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Anónimo, at 12:29 p. m.
¿Seguro que no ha sucedido realmente?
El tío que me ha hecha la reforma se ha llevado 11.000 euros y en estos meses ha tenido ahí trabajando a un chaval algo lento (en todos los aspectos) y dos días han ido él fontanero y el electricista. Él fue el último mes. Así que, si echas calculos y sabiendo que todo ha sido en negro... Bien podría comrarse el testarrosa.
Un abrazorl!!
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El Autor, at 2:04 p. m.
Hombre, Dani. Muchas reformas de 11.000 euros tiene que hacer para comprarse un Ferrari...
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Anónimo, at 11:13 a. m.
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