El otro día hablaba con mis compañeros de que hay escenas en películas o series que directamente hacen que se me revuelva el estómago. Lo siento David, pero sí, reconozco que soy un radical y en ocasiones una secuencia o acción pueden ser suficientes como para que mi obtusa mente tire por tierra cuanto tengo frente a mis ojos.
Como es tarde pero me apetecía contarlo antes de ir a la cama os pongo alguna de esas cosas que me han hecho descubrir el pequeño maníaco que hay en mi interior.
Una clasificación de malo a peor sería tal que así.
1)
No aguanto las películas en las que el protagonista entra en la cocina, abre el frigorífico, luego entra otro personaje y los dos tienen una larga conversación mientras la puerta del frigorífico sigue abierta. En esos momentos a mi me da igual lo que los dos estén hablando, por mi mente sólo pasa un continuo "cierra el frigorífico, por dios!! ¡Las frigorias, se escapan las frigorias!! Verás luego el motor del frigo como va a chupar para volver a dejarlo en la temperatura correcta!" Señor director: Nada de lo que se dice con el frigorífico abierto quedará en la mente del espectador así que más vale que John se sirva la leche antes de que su madre (Mary) le cuente que el pequeño Timmy ha muerto atropellado por un tractor.
2)
La gente que ejecuta cualquier programa en el ordenador tecleando larguísimas ordenes en las cuales los dedos parecen golpear aleatoriamente las mismas cinco teclas y además nunca se usa la barra espaciadora. Nota para actores: Manejar un ordenador es algo más que poner tu nombre en Google, y además entre el nombre y el apellido (Como entre cualquier palabra y la siguiente) siempre va un espacio. De manera que, salvo que la película sea alemana, el pulgar debería golpear alguna vez la barra espaciadora. Además, vale que alguien moviendo el ratón es algo menos atractivo visualmente, pero es la realidad y además quien más quien menos sabe manejar un ordenador lo suficiente como para saber que para hackear el pentagono no vale solo con escribir
"Ordeandor,crakeaelpentagonoporfavor" Algo similar me ocurre con la gente a la que se le reflejan las letras del ordenador sobre el rostro. ¿Es que teclean en un Cinexin??
3)
El sexo de mentira. ¿Qué chica que no esté en un frenopático se levanta envuelta en la sábana tras una noche de pasión?? Se acuestan, se tocan, se besan, hacen el amor en la penumbra, manos, gemidos y melenas que se echan hacia delante con gestos bruscos de cabeza y a la mañana siguiente ella se pinza las sábanas bajo el sobaco y camina como un canelón hasta el baño en una actitud que pretende ser normal. ¿¿?? A mi me hace eso una chica y si no la echo de casa inmediatamente es sólo porque sentiría miedo... mucho miedo. ¡A saber qué hay bajo esa sábana que no he visto!
Pero la secuencia a la que tengo más mania de todas, aquella con la que directamente no puedo es:
4)
Un hombre camina decididamente hacia cámara mientras, a su espalda, un coche explota espectacularmente sin que el protagonista haga ni un solo gesto. ¡Qué macho! Ha visto tantos coches explotar que ya le aburre girar el rostro o cubrirse de la más que posible metralla. Esa escena, magna cum-laude del chulismo más apocaliptico, sale por lo menos una vez en cada película "de acción" Hollywoodiense y (Obligatoriamente) dos o tres veces en las de Wesley Snipes. El modelo "Machote-coche que explota" ya podría crear un subgénero de cine junto a las archiconocidas "Disparo de espaldas sin inmutarme" o "Hago cuatro giros sobre mi mismo para golpearte la rodilla" o el inquietante "En la casa del crimen nadie enciende la luz, es imprescindible ir con linternas"