Con la iglesia hemos topado

El otro día fue el cumpleaños de mi hermana Cris. Lo pasamos bien, jugamos a un juego de la play bastante interesante y, sobre todo, pasé toda la tarde con Samuel, mi hermano pequeño, que el mes que viene cumplirá siete años.

No voy a hablar de cómo es mi hermano porque me entra el orgullo y me pongo insoportable, quiero hacer una reflexión de esas que, de pronto, te echan años encima porque de pronto te encuentras planteándote "Cómo educar bien a un niño". Qué cosas. La situación se produjo mientras estábamos cenando, en ese momento descubrí que a la mañana siguiente Samuel tenía que madrugar porque, aunque pasaba la noche en casa de mi hermana, a la mañana siguiente tenía que ir a... CATEQUESIS!!!

Y entonces un escalofrío me recorrió la espalda.

Yo también fui a catequesis e hice la comunión, así que no debería intranquilizarme. Lo hice como se hacen esas cosas "porque hay que hacerlo" y me imagino que el mismo motivo -empujado sobre todo por los regalos- es lo que hace que mi hermano repita el ritual. Sus padres le ofrecieron "hacerla o no hacerla" pero él, claro, se apuntó a la fiesta. En principio eso sólo debería suponer un día tedioso y caro para la familia pero eso no me preocupa, lo que me preocupa es... ¿Y si algo sale mal? ¿Y si de pronto un cura astuto sabe mezclar los pokemon con Jesucristo y le mete en ese oscuro mundo de la fe cristiana? Yo viví mi época espiritual -algo más tarde- y ahora siento como si me hubiera salvado de morir aplastado por una roca al haber reaccionado a tiempo para pensar (como pienso) que, si bien la iglesia no es ese monstruo horrible que muchos se empeñan en dibujar, la creencia en que Jesús de Nazareth era el hijo de Dios enviado a la tierra para señalarnos el camino... jo, es que eso me parece directamente de risa. Es mi opinión.

El caso es que en ese momento, mientras cenábamos me dieron ganas de decirle "Pasa de la comunión y de la catequesis, yo te compro lo que quieras pero aléjate cuanto puedas de querubines, pecados originales, confesiones y -en especial- de la culpa..." (Porque el cristianismo, de entre todas las religiones, me parece que es la que más saña mete con eso de la culpa) pero claro, no es mi hijo y no puedo decirle esas cosas.

Así que... ¡Por dios, que no se haga católico!!