:-D
Como estamos a punto de acabar el año quiero hacer un post sobre ortografía.
(Ya vale de que en los últimos días del año todas las conversaciones casuales traten de la navidad)
Cuando digo que quiero hablar de ortografía quiero decir, antes de que me salten al cuello, que soy consciente de que cometo muchísimas faltas de ortografía, lo que es vergonzoso en alguien que se gana la vida escribiendo. En lo que sí cumplo el estereotipo que se le supone a un guionista es en cierta escrupulosidad hacia los mensajes comprimidos. Reconozco que de cuando en cuando caigo en la tentación de escribir los “que” como una “k”, pro n yego al strem d tros k lo pnen tdo com x movil.
Pero aunque creo que la compresión de palabras y las faltas de ortografía son algo negativo... creo que ha habido un invento espontáneo, interesante e incluso positivo: Los emoticonos.
A mi ya me cuesta escribir sin emoticonos.
Por si queda alguien en la tierra que pueda leer blogs y no saber lo que es un emoticono...
Eso son emoticonos.
Y en ocasiones pienso... ¿Sería tan terrible que los emoticonos pasasen a formar parte del lenguaje escrito habitual? Como guionista muchas veces tengo que poner acotaciones delante de las frases para que se entienda la intención, y un emoticono muchas veces podría hacer esa función. ¿Realmente es tan diferente un emoticono de un signo de puntuación o de interrogación? A fin de cuenta cumplen la misma función.
¡Ha dicho que iba a matarte!
¿Ha dicho que iba a matarte?
Ha dicho que iba a matarte :-P
Si los emoticonos fueran otro símbolo tipo ╩ (Por ejemplo) tendrían como más prestigio. Pero claro, poner una carita sacando la lengua... no parece muy serio. En cualquier caso de este tipo de corrientes se nutre el código y yo vaticino (tacháaan -qué épico me ha quedado-) que estamos ante un rasgo de nuestro lenguaje escrito que ya no desaparecerá.
¡He dicho!
(Ya vale de que en los últimos días del año todas las conversaciones casuales traten de la navidad)
Cuando digo que quiero hablar de ortografía quiero decir, antes de que me salten al cuello, que soy consciente de que cometo muchísimas faltas de ortografía, lo que es vergonzoso en alguien que se gana la vida escribiendo. En lo que sí cumplo el estereotipo que se le supone a un guionista es en cierta escrupulosidad hacia los mensajes comprimidos. Reconozco que de cuando en cuando caigo en la tentación de escribir los “que” como una “k”, pro n yego al strem d tros k lo pnen tdo com x movil.
Pero aunque creo que la compresión de palabras y las faltas de ortografía son algo negativo... creo que ha habido un invento espontáneo, interesante e incluso positivo: Los emoticonos.
A mi ya me cuesta escribir sin emoticonos.
Por si queda alguien en la tierra que pueda leer blogs y no saber lo que es un emoticono...

Y en ocasiones pienso... ¿Sería tan terrible que los emoticonos pasasen a formar parte del lenguaje escrito habitual? Como guionista muchas veces tengo que poner acotaciones delante de las frases para que se entienda la intención, y un emoticono muchas veces podría hacer esa función. ¿Realmente es tan diferente un emoticono de un signo de puntuación o de interrogación? A fin de cuenta cumplen la misma función.
¡Ha dicho que iba a matarte!
¿Ha dicho que iba a matarte?
Ha dicho que iba a matarte :-P
Si los emoticonos fueran otro símbolo tipo ╩ (Por ejemplo) tendrían como más prestigio. Pero claro, poner una carita sacando la lengua... no parece muy serio. En cualquier caso de este tipo de corrientes se nutre el código y yo vaticino (tacháaan -qué épico me ha quedado-) que estamos ante un rasgo de nuestro lenguaje escrito que ya no desaparecerá.
¡He dicho!
El blog de Dani enseña, el blog de Dani entretiene, y yo te digo contento... ¡Hasta la semana que viene! :-P
¿¿Lo veis?? ¡Funciona!