La fiesta de disfraces resultó ser toda una carrera de obstáculos!
El gorro secó mal y no había modo de mantenerlo rígido, además era más estrecho de lo que debía y pesaba demasiado, las bolas que necesitábamos para nuestros ojos no se podían cortar, no teníamos el polo de Homer a dos horas de la fiesta, conseguimos uno de un vecino y lo manché por completo de pintura amarilla antes de salir, se me metió pintura en el ojo, se nos acabó el spray blanco, los gorros de baño nos apretaban hasta darnos dolor de cabeza...
Cuando surgía una complicación me gustaba verlo como si una voluntad superior intentase ponernos trabas, algo así como si en una partida de rol el Master te dice "Pues el gorro se vence hacia un lado" y nosotros decíamos "Pues compramos dos katanas pequeñas de juguete y las metemos dentro con bolas de papel para que ayuden a mantenerlo firme" (Si, lo hicimos. Y no, no funcionó) Luego hemos llegado a la conclusión de que, más que trabas, todas aquellas complicaciones eran intentos de alguna voluntad superior por ahorrarnos una vergüenza atroz. "Que no vayáis, hacedme caso. Que es por vuestro bien..."
Al final conseguimos, más o menos, superar las complicaciones y fuimos.
Cosas buenas: Nuestros disfraces eran originales. No vimos a nadie más disfrazado de Epi y Blas
(Como Isa y Rober) ni de los Simpsons
(Sabi y yo)
Cosas malas: TODOS los disfraces eran o comprados -Que para nuestro gusto... "no tiene el mismo mérito"- o estaban hechos por profesionales. Gente de esta que ¿quien iba a decirlo? no se hace un disfraz en una tarde! Además, como nos apretaban tanto los gorros de baño en cuanto el jurado dio su veredicto
(No sé ni porqué esperamos hasta ese momento) nos lo quitamos todo y, como no podíamos andar con sólo media cara pintada, también nos desmaquillamos
-Más o menos.
Con lo que en una superfiestaza en la que todo el mundo estaba "ataviado" con disfraces impresionantes, nosotros nos habíamos convertido en cuatro figuras desaliñadas. La gente nos miraba y debían pensar
"¿Ese cree que va de Homer porque lleva un polo blanco manchado de amarillo?" A los cuatro nos daban ganas de colgarnos un cartel en el que pusiera
"Eh, antes ibamos disfrazados, es que nos apretaba demasiado el gorro!"Pero bueno... ¿Se puede decir que, pese a todo, nos lo pasamos bien? Pues sí. ¿Nos reímos? Pues sí. ¿Hicimos el ridículo? Pues también. ¿Repetiremos el año que viene? Pues probablemente, pero sin nada que nos impida la visión y sin gorros de baño!!
Bueno, os dejo la foto prometida.
En este punto, antes de caminar bajo la lluvia y de perder medio maquillaje dentro del abrigo... aún no estábamos tan mal.
Al final de la noche acabamos tirandonos bolas de nieve entre los coches, empapados, manchados y congelados. Y eso... ¿A quien no le gusta?