Sólo sé que sigo sin saber nada

miércoles, julio 11, 2007

El Precio Del Dinero

Es difícil volver de viaje y no sentir que te has gastado más dinero del que esperabas. Esa sensación es inherente a casi cualquier viaje y ya forma parte del mismo, como la nostalgia o como la entrega de “regalitos” típicos. (Regalitos que yo nunca compro)

Pero lo curioso es cómo funciona la mente. A la vuelta del viaje venía pensando: “joder, con el dinero que me he fundido en estos tres días… con un poco más que pusiera me podría haber comprado una cámara Reflex digital que me duraría años y con la que haría unas fotos de la leche” Ese razonamiento me duele, porque una cámara Reflex es algo que siempre he querido y no me he permitido porque “es muy caro”. Luego pienso en qué más podría haber hecho con ese dinero y me doy cuenta también de que con ese dinero podría haber pagado la mitad de un sofá monoplaza que tengo que comprar para el salón. Y en ese momento mi cabeza dice “¡Que le den al sofá! ¡Prefiero con mucho el viaje que he hecho!” Es curioso porque el dinero, cuantitativamente, es el mismo pero cobra más o menos valor en cuanto a lo que imaginamos que podríamos hacer con él.

En cualquier caso calmo mi sed de una cámara nueva diciéndome que ya tengo una cámara muy buena (Aunque no sea reflex) y… ¿De qué sirve gastarse dinero en una cámara buenísima si luego no se viaja para hacer fotos?

Pues eso.

6 Comments:

  • Lo tangible y duradero parece que hace el efecto psicológico de "retener" el dinero. Un sofá no es un gasto, porque "vale" ese dinero, y lo tienes, lo ves y te sientas en él. Es tontería, porque para que valiera ese dinero después de haberte sentado tú, tendrías que encontrar a alguien que te lo pagara como nuevo. Eso sólo funciona con las casas, pero rara vez puedes hacer un gasto del que digas: "con ese dinero podría haberme comprado una casa", a menos que seas un jugador de fútbol que también es jugador de póker y que pierde.

    Por cierto, ¿qué sofá es ése que vale el doble que un viaje? ¿O qué viaje ha sido ése que te ha costado la mitad que un sofá monoplaza?

    By Blogger Álvaro, at 12:34 p. m.  

  • Yo nunca me arrepiento de gastarme el dinero en un viaje, ya q es lo q más me gusta hacer, y no soporto estar pendiente del precio de las cosas y controlar lo que "puedo" o "no puedo" hacer durante él.
    Lo que tienes q hacer con lo del sofá es pensar en TODO lo q podías hacer en él...jajajaja a ver si así t motiva más para ahorrar...

    Un beso, ya me contarás lo del viaje...si es q recuerdas algo...

    P.D: me refería a hacer fiestas o cenas con más gente y q esté sentada y acomodada en él...¿qué pensabas?

    By Blogger Lucíayelseso, at 12:47 p. m.  

  • El dinero, ese efimero elemento del cual no podemos prescindir. Y trabajamos para ganarlo, y lo ganamos para gastarlo y lo gastamos y tenemos que seguir trabajando para volver a tenerlo. Curioso que algo tan "sucio" (por eso de que pasa de mano en mano) sea tan importante para que nos de satisfacciones que, despues, llegamos a arrepentirnos de ellas... o a dudar de por qué las hemos hecho.
    Yo lo que quiero es ser mujer objeto y tener mucho dinero para poder gastarlo como quiera... que bonito es soñar.

    By Blogger La Madre Superiora, at 4:06 p. m.  

  • Yo tengo un sofá que hasta cuando viajo en autobus a Valencia me gasto más de lo que costaba... Así se vive mejor!

    La verdad es que en cuanto tengo algo de dinero enseguida pienso lo mismo: Viajar. Así que te entiendo.

    Eso sí, tengo una Nikkonmat superchula con montones de objetivos cojonudos. Eso sí, es analógica. Pero preciosa... ay.

    :P

    By Blogger Galahan, at 5:19 p. m.  

  • Yo tiendo a pensar así, pero cada vez menos (porque cada vez soy más viejo). ¿Cuánto cuesta un recuerdo? Esa es la pregunta que uno debe hacerse. Aún los objetos pueden durar muchos años, pero los recuerdos perduran. Eso si no le das a las drogas o si no estás tan perjudicado como yo, claro.

    By Anonymous Anónimo, at 12:03 p. m.  

  • Me alegro. Porque este veiaje ha servido para unirnos aún más si cabe. Lo que plantearía una posible reflexión: ¿Cuánto dinero hay que gastarse para unir a la gente?

    Prefiero la reflexión de Armando de cuánto valen los recuerdos.

    By Anonymous Anónimo, at 8:38 p. m.  

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