"Detrás de toda foto hay una historia"
...O eso dicen.
Yo no diría tanto, claro que si nos ponemos tiquismiquis todo tiene una historia. Pero vamos, también es cierto que hay cosas -y fotos- que reclaman su historia a gritos.
Ejemplo: Hace un momento estaba buscando una foto que escanear para subir al fotolog cuando me he encontrado de pronto con esta foto:
¿Sabéis quien es la chica de la foto? ¿Eh? ¿Lo adivináis?
Si lo adivináis contádmelo, porque yo no tengo ni idea.
Es más, la foto ni siquiera la hice yo. Pero aún y con todo esa foto tiene historia. Y como estamos un poco temáticos últimamente con el mundo del guión -y hay miles de personas que visitan esta página que no se dedican al mundo del guión- pues vamos hoy con algo más universal: Los desconocidos que influyen –más o menos- en nuestra vida y que nunca jamás sabrán que lo han hecho.
“Sentaos hijitos, os contaré una historia...”
Esta foto fue tomada hará ahora fácilmente unos 12 años, aquí en Leganés. Más concretamente en el IES María Zambrano. Unos cuantos hacíamos prácticas de fotografía (¡Dios, parece otro mundo!) y revelábamos las fotos que habíamos sacado en el patio. ¿Qué tipo de fotos? Pues lo poco que se podía sacar: A los colegas, el banco del bocata, a los barrotes de las ventanas... éramos unos artistas. El caso es que, en una de esas sesiones de revelado, un compañero encuadró su negativo y proyectó sobre el papel la imagen de esta chica. Daba igual que en aquella proyección los blancos se vieran negros, y los negros blancos, o que todo estuviera amoratado por la luz roja de la bombilla -¿Amorata las cosas una luz roja? Sí, no sé el porqué y no creo que nadie en el mundo lo sepa- nos pareció a todos una chica preciosa y con una mirada... bueno, una imagen vale más que mil palabras, y tenéis la imagen arriba.
El caso es que ninguno de los presentes sabia quien era esa chica. Ni siquiera el autor de la foto lo sabía. Él simplemente se había dedicado a apuntar y disparar. En un acto detectivesco ampliamos la imagen para intentar desvelar su nombre en el collar de letras que lleva, pero fue imposible. Alguien dijo “Raquel”. Puede ser. Nunca lo sabremos.
Lo que sí sé es que colocamos esta foto en lo más alto del laboratorio de fotografía y a ella, que se había convertido en nuestra musa particular y anónima, le pedíamos inspiración y le dedicábamos –medio en broma medio en serio- suspiros exagerados.
Claro está. El IES María Zambrano no es tan grande y un día la vi. La reconocí hablando con sus amigas. Escuché su voz y un amago de recuerdo queda aún en mi mente. No sé bien como era, porque la vi y –aunque sólo fue el tiempo justo como para reconocerla- giré la cabeza a otro lado. No quería conocerla.
Habría dejado de ser “la chica de la foto”.
Quizá fue para bien, quizá para mal. Otro misterio que nunca desentrañaremos.
Por suerte.
Yo no diría tanto, claro que si nos ponemos tiquismiquis todo tiene una historia. Pero vamos, también es cierto que hay cosas -y fotos- que reclaman su historia a gritos.
Ejemplo: Hace un momento estaba buscando una foto que escanear para subir al fotolog cuando me he encontrado de pronto con esta foto:
¿Sabéis quien es la chica de la foto? ¿Eh? ¿Lo adivináis?
Si lo adivináis contádmelo, porque yo no tengo ni idea.
Es más, la foto ni siquiera la hice yo. Pero aún y con todo esa foto tiene historia. Y como estamos un poco temáticos últimamente con el mundo del guión -y hay miles de personas que visitan esta página que no se dedican al mundo del guión- pues vamos hoy con algo más universal: Los desconocidos que influyen –más o menos- en nuestra vida y que nunca jamás sabrán que lo han hecho.
“Sentaos hijitos, os contaré una historia...”
Esta foto fue tomada hará ahora fácilmente unos 12 años, aquí en Leganés. Más concretamente en el IES María Zambrano. Unos cuantos hacíamos prácticas de fotografía (¡Dios, parece otro mundo!) y revelábamos las fotos que habíamos sacado en el patio. ¿Qué tipo de fotos? Pues lo poco que se podía sacar: A los colegas, el banco del bocata, a los barrotes de las ventanas... éramos unos artistas. El caso es que, en una de esas sesiones de revelado, un compañero encuadró su negativo y proyectó sobre el papel la imagen de esta chica. Daba igual que en aquella proyección los blancos se vieran negros, y los negros blancos, o que todo estuviera amoratado por la luz roja de la bombilla -¿Amorata las cosas una luz roja? Sí, no sé el porqué y no creo que nadie en el mundo lo sepa- nos pareció a todos una chica preciosa y con una mirada... bueno, una imagen vale más que mil palabras, y tenéis la imagen arriba.
El caso es que ninguno de los presentes sabia quien era esa chica. Ni siquiera el autor de la foto lo sabía. Él simplemente se había dedicado a apuntar y disparar. En un acto detectivesco ampliamos la imagen para intentar desvelar su nombre en el collar de letras que lleva, pero fue imposible. Alguien dijo “Raquel”. Puede ser. Nunca lo sabremos.
Lo que sí sé es que colocamos esta foto en lo más alto del laboratorio de fotografía y a ella, que se había convertido en nuestra musa particular y anónima, le pedíamos inspiración y le dedicábamos –medio en broma medio en serio- suspiros exagerados.
Claro está. El IES María Zambrano no es tan grande y un día la vi. La reconocí hablando con sus amigas. Escuché su voz y un amago de recuerdo queda aún en mi mente. No sé bien como era, porque la vi y –aunque sólo fue el tiempo justo como para reconocerla- giré la cabeza a otro lado. No quería conocerla.
Habría dejado de ser “la chica de la foto”.
Quizá fue para bien, quizá para mal. Otro misterio que nunca desentrañaremos.
Por suerte.
Bla Bla de El Autor a las
17:16
3 Comments:
El día que conocí a Tope, al salir de un bar (ya a las 7 de la mañana), un griego nos quiso hacer una foto a una amiga y a mí, y el tío sin conocernos de nada nos colocó para tener la luz perfecta, el pose que él quería (nada raro eh?), etc, supongo que luego para decirles a sus amigos griegos que había pasado una noche de juerga con nosotras, no se. El caso es que le cogí la cámara porque no me creía que tuviera carrete, y apunté hacia Tope y le hice una foto.
El griego debió de flipar al revelarlas porque no sabría quien era ese tío ni quien le había hecho la foto.
Yo porque luego volví a ver a Tope, pero si no lo hubiera conseguido, habría reclamado en los periódicos griegos: "busco a un griego que vino en fiestas de Bilbao que tiene una foto de un tío que no conoce de nada. Que me la mande!"....No me ha hecho falta :D
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Irentxu, at 12:55 p. m.
¡De ahí sí que sale una historia! No sé si un largo o un corto, un cuento o una novela, pero sólo ese detalle vale mucho más que todos los señores de los anillos juntos. No sé qué historias buscas, Dani, pero tú eres más personaje que muchos personajes y seguro que lo que contaras interesaría mucho más.
¡Tira tu guión y escribe éste!
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Álvaro, at 2:12 p. m.
Jajaja
No me digas lo de tirar el guión, Álvaro. que ya sabes como funciono yo!! jeje Que lo mismo te hago caso y... ¡Zas!
Pues la verdad es que, mal que me pese, me temo que mi guión a quien menos gustará es a ti. Pero bueno, ese también ha sido parte del proceso, el de hacer una de esas películas que me gustan a mi. Con cosas raras y Grimlgolds que hablan en Astruandor a Jasindorlf de Marmurron. jejeje Que va, que va. No es para tanto. Aunque un elemento "extraño" si que hay.
Pero no puedo evitar decir que esas historias mínimas de "una mirada"; "Un gesto"; "Un silencio" ya están contadas. Acabo de ver el comienzo -sólo el comienzo- de la película de mi doble tocayo "Azul oscuro casi negro" y ¿qué quieres que te diga? no sé como evolucionará la película así que no la juzgaré. Pero al menos esos primeros minutos ya hablan de padres que se sienten insatisfechos con sus hijos; de hijos que se sienten prisioneros de sus padres; de manos que no se tocan por tener una pared de por medio; de mujeres encarceladas; de enfermedad... Y lo veo con cierto desdén, porque me molesta el que se tienda a considerar una película como "buena" cuando en realidad es una película "dura". Hacer llorar es más fácil que hacer creíble un ejercito de un millón de orcos atacando Minas Tirith, ese es el enorme mérito de unas películas que no entran en tu código pero que... ¡Son geniales!! Y que te gustan, anda, reconocelo un poco... jeje
Lo que si me evoca una historia es lo que cuenta Irentxu. Fíjate prima (Pues Irentxu es mi prima) que esa mañana estabas destinada a encontrar al hombre de tu vida. Si la vida fuera un guión -cosa que por fortuna o por desgracia no ocurre- quizá yo haría que ese hombre ideal al que estabas destinada a encontrar fuera... ¡El fotógrafo griego!!
jejeje
¿Qué será de él? ¿Andandará ahora ese desconocido?
Pero bueno, en este caso tu chico es "Tu chico" y bien que nos alegramos de ello todos los que le conocemos. Un besote!
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El Autor, at 2:41 p. m.
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