Todo es química. :-(

El otro día hablaba con una amiga sobre curiosidades genéticas. Al parecer, me explicó ella, aquellos que disfrutamos con los deportes de riesgo o con las mismas atracciones del Parque de Atracciones, disfrutamos de ese factor de riesgo porque tenemos muy bajo el nivel de una hormona en concreto y que para subsanar este “fallo” tenemos que estimularnos con ese tipo de cosas. Un ejemplo claro de que nuestro regalo genético modifica nuestro comportamiento y nuestros deseos.

Lo curioso es que, si lo pensamos un poco… TODO cuanto somos está definido por este tipo de cosas, y no hablo de factores físicos, también psicológicos y mentales. Al parece el cerebro de Einstein era especialmente voluminoso y simétrico en sus lóbulos parietales, lo que le dotaba de un modo particular como científico matemático. ¡¡El lo tenía más fácil!! Lo mismo pasa con la empatía, la lógica, la paciencia… todas aquellas cosas que creemos ser están condicionadas por nuestra educación, pero el punto de partida es puramente químico. Lo que somos está definido por combinaciones químicas de cientos de cosas que ni siquiera sabemos dónde están o cómo se llaman. Le quita un poco de encanto, ¿verdad?

Otro ejemplo claro de cómo nos influye los componentes de nuestro cuerpo a nivel psicológico es a través de la testosterona, que es la encargada entre otras cosas de regular nuestros impulsos sexuales. Más testosterona = más impulsos. Como curiosidad os diré que podéis ver el nivel de testosterona que recibisteis durante la gestación en la longitud de vuestro dedo anular. Si este es igual que el dedo índice es que vuestro nivel de testosterona es normal, si es más largo el anular que el índice es que habéis (Hemos) estado expuestos a un mayor nivel de testosterona. Que cosas. Supuestamente así además también podemos medir nuestra inclinación natural a la violencia. Vamos… ¡que esto es así y el que diga que no le parto la cara!

Esa es la triste realidad. Es cierto que no sólo somos química y que, si nos esforzamos, podremos mejorar aquellas cosas para las que psicológicamente no hemos nacido particularmente dotados. Pero no os engañéis, sólo lograremos superarnos si el rincón de nuestro cerebro que se encarga de la Auto-superación y el esfuerzo está bien desarrollado.

Al final no podemos escapar de nuestra propia –y microscópica- naturaleza.