¿Es que no se dice "Hasta que la muerte nos separe"?

No estoy muy enterado, pero tengo entendido que en Egipto cuando el faraón moría se enterraba con él a sus súbditos más importantes e incluso a su mujer. ¿Para qué seguir vivos si su “dueño” ha muerto?

Pues esta práctica, de algún modo, sigue vigente hoy en día. La persona a través de la que me llega esta historia me ha autorizado a poner su nombre, pero yo prefiero no hacerlo ya que la historia, aunque sea de su familia, no es enteramente suya. En cualquier caso seguro que esto mismo ocurre con alguien de tu mismo edificio. Es así de triste.

El relato breve sería así: Un hombre y una mujer se casan. Pasan toda su juventud juntos y felices, tienen dos hijos. Luego ella sufre un cáncer incurable que la tiene seis años convaleciente hasta que finalmente fallece. El hombre permanece soltero y sin ningún tipo relación durante cinco años, centrado en su familia. Ahora el hombre tiene algo más de setenta años, aunque se conserva estupendamente bien y aparenta 55 con facilidad, yo le conozco. Pues un día una mujer de unos 35 años llama a la familia de este hombre “porque él no se atreve” y cuenta que tienen una relación y, aún más, una hija de un año. ¡Sorpresa!

Cuanto escuché la historia lo primero que pensé es: Este hombre es tonto, ahora toda la familia estará enfadada con él por ocultar algo así; pero ahora, tras las reacciones de la familia, entiendo porqué estaba tan avergonzado. Los hijos de este hombre (ya bastante crecitos) han sido los únicos a los que él adelantó la noticia y uno se lo ha tomado mal y el otro mucho peor. Su hermana, también viuda de muchos años, está indignada “Sólo han pasado cinco años desde que muriera su mujer” o “Qué dirá la gente de que un hombre como él salga con una chica mucho más joven” son sus argumentos; Uno de los hijos se negó a ir al bautizo de la niña y el otro se marchó al no poder soportar ver como un bebé llamaba “papá” a su septuagenario padre. El otro hermano de este hombre, que vive en la misma ciudad, se niega directamente a hablar del tema. Increíble. Y lo más triste es que, muy posiblemente, el silencio que el protagonista ha mantenido sobre el nacimiento de su hija y de su nueva relación sea porque él también comparte esa filosofía de que “A la pareja hay que llorarla hasta la propia muerte”.

Como digo el Faraón se marcha, sus seres queridos se meten en la pirámide y las puertas se cierran. Morirán lenta, agónica e inútilmente. Pero los de "el pueblo" no podrán decir nada malo de ellos.

Supongo que hay gente para la que merece la pena.