A lo Bruce Willis!
Tengo un lunar... bueno, no tengo uno, de hecho creo que los tengo todos, pero tengo un lunar en concreto que es como un reloj que me dice cómo de viejo me hago. Esto es porque este redondo (y sensual) exceso de pigmentación está situado justo en la misma línea del nacimiento del pelo, como un aduanero epidérmico que dice “De aquí para abajo frente, de aquí para arriba élfica cabellera” -Porque yo lo valgo!- y hoy, movido por ese afán masoquista que por algún motivo no puedo comprender ni evitar, os cuento que o ese curioso aduanero está emprendiendo un lento éxodo vacacionero propio de los meses que llegan o es que... ya ha empezado el declive tan repetidamente cantado por el amigo Blázquez. ¿Quien sabe? El caso es que ahora un único y estoico pelo se aferra a la mancha, mientras el resto se va alejando tímida aunque inexorablemente.
Pero esta sensación no es nueva, siempre aquellos que me rodeaban me han dicho “¡Te estás quedando calvo!” me lo decían en el trabajo, me lo decían en el módulo profesional, me lo decían en el instituto e incluso me lo decían en el colegio. Muchos de los que me lo dijeron son ahora completamente calvos y yo... pues ya me veis, ni mucho ni poco. Pero no quiero parecer displicente sobre un tema tan desagradable como la alopecia pues sí hubo un momento, hace ahora como unos 6 o 7 años, en que perdía tanto pelo que estaba convencido de que me iba a quedar calvo de una tarde para otra.
Ahora, como experiencia del pasado, no me importa decir que esa fue una de las épocas más atormentadas de mi vida. ¡La angustia alopécica no es para tomarla a broma! Te levantas y tienes pelos en la almohada, te duchas y tienes pelos en el desagüe, te peinas y hay pelos en el peine, vas en el autobús y vas mirando las cabelleras de TODO el mundo independientemente del sexo o la edad, te acarician la cabeza y piensas ¿Se estará llevando un mechón? Tan angustiado estaba que un día me senté en una banqueta en el salón de la que era entonces mi casa y le dije a Sandra: “Rápame al cero”. No puedo explicar aquella decisión más allá que diciendo que fue un salto al vacío, una huída hacia delante o una manera de proclamar en cabeza alta que muerto el pelo se acabó la alopecia. Yo no me miraba mientras ella, entre risas nerviosas, pasaba la maquinilla de afeitar por mi coronilla. Cuando acabó me miré al espejo con la ceremoniosidad que tanto me gusta para estas cosas y... estaba más feo, pero tampoco era algo con lo que no se pudiera vivir. Al menos -me dije- tengo el cráneo redondito. Con el tiempo me fui viendo mejor y al final hasta me hacía gracia. Muchos me decían que me quedaba bien y yo estaba de acuerdo, por eso no sé si alegrarme o indignarme cuando descubrí con el tiempo (Y con el pelo de nuevo sobre mi cabeza) que aquellos halagos eran completamente falsos.
Para aquellos que sufran de este mal les digo una frase que a mi me animó bastante y es que la alopecia –salvo que sea nerviosa- no se expresa por perder mucho pelo, si no porque no nace pelo nuevo. ¡Ese es el peligro! Y por fortuna vigilar si te nace pelo nuevo es más complicado.
Y esa es mi realidad, los treinta y tantos años han entrado como el otoño. Ahora tengo un centímetro más (Bueno... medio centímetro, tampoco nos pasemos) de cabeza. Quizá por eso perder un poco de pelo no me importa... muchisísimo. ¡Pero jode!
5 Comments:
Yo, además de tener como guía al gran Bruce (que le ha tocado trabajar con postizos en más de una ocasión), admiro a Jason Statham, que no sólo lleva su incipiente alopecia con bastante dignidad, sino que pasó en unos 5 años de estar vendiendo en la calle a hacer una película en la que se liaba con Shu Qi. Claro que su carisma viene reforzado por sus músculos y su voz grave...
By Anónimo, at 12:34 a. m.
Perder pelo? Qué es eso? Je, je.
By Anónimo, at 11:07 a. m.
Qué bueno. Yo también tengo un lunar que utilizo como marca para medir la caída del pelo. De momento estoy muy tranquilo, aunque tengo un poco más de entradas, pero nada preocupante, no creo que me quede calvo, la verdad. Ahora, que tú estás claramente destinado a ser un calvorota. La movida es que se puede ser calvo, pero no calvo y gordo. O lo uno o lo otro. Y luego, dentro de la calvicie, ojito con dejarse pelo largo.
En fin, cásate pronto, mientras tengas pelo
By Shams Tabrizi, at 11:43 a. m.
Ey, yo también tengo un lunar de esos... aunque es difícil encontrarlo en mi tupida melena :P
Lo de raparme, algunas veces me ha dado la idea, pero tengo la teoría táctil de que mi cabeza debe ser terrible afeitada!
By Anónimo, at 4:18 p. m.
Arma: Ni idea.
Pabletón: Cabrón
Shams: Copión y cabronazo!
Toni: Copión y ni te se ocurra!!
By Daniel S, at 1:19 a. m.
Publicar un comentario
<< Home